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Solidaridad en la parroquia agustina del Carmen, en Los Negrales (Madrid)

El temporal Filomena, en plena tercera ola del Covid-19, nos ha puesto como sociedad ante un nuevo reto. La nieve, las bajas temperatura y el hielo nos han obligado a quedarnos en casa y a comprar alimentos llevados por el miedo al desabastecimiento. Pero ¿qué pasa con aquellas personas que no pueden refugiarse en una casa?

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Cada vez son más las personas que viven en la calle y con las que nos cruzamos cada día o, si no las vemos personalmente, sí sabemos que existen porque vemos sus enseres, cartones o mantas apoyados en la pared o extendidos en algún rellano. En las situaciones extremas de la meteorología, como ha sido en este mes con el temporal Filomena, dichas personas están absolutamente desprotegidas y no alcanzan a ser atendidas por las instituciones oficiales o benéficas que podrían amainar un poco su sufrimiento. Es, en ese momento, cuando la Iglesias y sus comunidades cristianas, urgidas por la fe  y el amor en el Dios Padre de todos, se organizan para hacer algo concreto y eficaz.

De esta manera, la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, en Los Negrales, atendida por religiosos agustinos, ha cedido el templo y una de las salas para acoger a varias personas que no tenían casa. Con la colaboración de los feligreses y de la comunidad agustina, han podido dormir y tomar algo caliente a primera hora de la mañana. Como puedes ver y escucha en el vídeo, la Iglesia es el hogar para todos los hijos de Dios, ya sean sus necesidades espirituales o materiales.

El temporal Filomena ha convertido a las personas de la calle, una vez más, en más vulnerables. Las parroquias agustinas les acogen en medio de la nevada.

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