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Los religiosos agustinos de la Provincia de San Juan de Sahagún de España colaboran con los equipos de pastoral de la salud de las diócesis, atendiendo a los enfermos en clínicas y hospitales

Son muchos los religiosos agustinos que acompañan a personas enfermas y a sus familias. Con ocasión del Día del Enfermo, que la Iglesia celebra cada 11de febrero, coincidiendo con la solemnidad de Nuestra Señora de Lourdes, recogemos a continuación el testimonio del P. Ramón Sala y el P. José Luis del Castillo que recientemente se han incorporado al equipo de capellanes del Hospital Ramón y Cajal, Madrid.

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El P. Jose Luis del Castillo, OSA, explica que «no podemos llamarlo propiamente una vocación, sino un servicio eclesial que se nos pide por nuestra opción agustiniana, de estar atentos a lo que la Madre Iglesia solicita».

Varios religiosos agustinos participan con los equipos de pastoral de la salud de las diócesis en los equipos de las capellanías de clínicas y hospitales.

«Es verdad que no es frecuente que los religiosos agustinos estén en la capellanía de un hospital o clínica, pero nuestro carisma está abierto a cualquier tarea que nos pida la Iglesia. Además, el mismo San Agustín escribió bastante sobre ‘Cristo médico’, afirma el P. Ramón Sala, OSA.

Ambos forman parte, con otros 5 sacerdotes, del equipo de la Capellanía del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid.

En la capilla del hospital se celebra la Eucaristía dos veces al día. Además, su labor consiste, en palabras del P. Ramón, en acompañar a los enfermos, a sus familiares y a quienes los cuidan; en llevarles la Palabra y los sacramentos y rezar con y por ellos: «Sobre todo consiste en escuchar. Por utilizar también una expresión del papa actual, hacemos bastante ‘apostolado de la oreja'».

Dadas las actuales circunstancias,-cuenta el P. José Luis- la movilidad está muy reducida en el hospital. No es conveniente el paso por plantas ni hacerse presente en unos u otros servicios médicos. Por ello fundamentalmente estamos atentos exclusivamente a las situaciones en las que se solicita la presencia el capellán, normalmente para dar la comunión a los enfermos, administrar la unción o charlar o confesar a alguno de ellos. También atendemos a las familias que nos solicitan una visita a su familiar enfermo, al que en estos momentos no pueden visitar».

En esta tarea, ambos coinciden en destacar que la espiritualidad agustiniana aporta sentido de comunión y de fraternidad. Lo primero «puede ayudar a consolidar un auténtico equipo de capellanes, donde de forma unánime manifestemos el rostro de Jesús en el hospital y a tener una actitud de acogida ante el enfermo o cualquier persona que se acerque al hospital», señala el P. José Luis. «Nuestra espiritualidad -afirma el P. Ramón- nos ofrece herramientas muy útiles para la pastoral con enfermos, como la interioridad, la comunión y el amor a los pobres».

Estar en contacto con el sufrimiento y el dolor de las personas es algo que deja huella y que de algún modo configura a quien vive esta experiencia. En este sentido el P. José Luis explica que en su caso le ha abierto más a la esperanza del Reino y le ha hecho creer más en el horizonte de vida tras la muerte: «Nos acerca a la fragilidad humana. Ojalá nos convierta en personas más sensibles ante los hermanos, también cuando no se está enfermo porque la enfermedad es una frágil frontera que en cualquier momento se traspasa, en el fondo nos haga o me haga más fraterno con todos, porque se van más cerca los brazos del Padre Dios».

Además de estos dos religiosos, hay otros que también desarrollan un servicio en la capellanía de un hospital y clínicas. No podemos olvidar a todos aquellos agustinos que desde las parroquias acompañan a sus parroquianos están enfermos, ya sea en sus domicilios o en los centros sanitarios.

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