Por el amor al carisma recibido y para que la Orden pueda continuar debidamente su misión en la Iglesia es necesario promover, recibir y cuidar la vocación de los hermanos.  Sobre esta tarea, el texto afirma:

“Por amor al don que recibimos (cf.1Tim 4,14-16), impulsados y advertidos para reavivar la gracia de Dios que está en nosotros (cf. 2Tim 1,6), conscientes de que “la adecuada renovación de los institutos depende sobre todo de la formación de sus miembros”, debemos revitalizar la gracia de la propia vocación religiosa agustiniana y, en su caso, también sacerdotal, a través de una permanente actualización espiritual, doctrinal y comunitaria” (Const. 216).  Y añade que:

“Los Superiores Mayores de cada Circunscripción proporcionarán a los Hermanos un programa de Formación Permanente concreto y adecuado en el que todos deben participar”. Especial atención deben dedicar a quienes han concluido recientemente la formación inicial. (ibid. 217).

En esta ocasión es el religioso capuchino, Fidel Aizpurúa, quien expone cada día los temas, que llevan como hilo conductor, “El atractivo de una opción comprometida: La vida religiosa como camino de vida cristiana hoy”.

Participan de forma presencial en esta semana de formación permanente 21 religiosos agustinos de distintas comunidades de España. También es posible seguir las sesiones a través del canal de Youtube Agustinos, el lunes, martes, jueves y viernes, por streaming, a las 10:00 y a las 12:00 horas.

Los títulos de las sesiones son las siguientes:

• ¿Quién eres tú que ahora llegas cuando todo parece terminar?
• Comunidades de esperanza.
• ¿En qué Jesús creemos?
• Regenerar la convivencia
• Místicos a pie de calle
• Profetas a pie de calle
• Espiritualidad de una Iglesia en salida
• Rugió la tormenta, pasó el vendaval. Dos reflexiones sobre la covid-19 y la vida religiosa

Fidel Aizpurúa Donázar

Es religioso capuchino y reside en Logroño. Cursó estudios de Teología Bíblica y Filología Hebrea en la Universidad de Lovaina (Bélgica). Entre sus publicaciones bíblicas señalamos un Evangelio según san Juan (Quetzaltenango 2008), Una lectura “social” del Evangelio de Marcos (Madrid 2005) La espiritualidad bíblica (Estella 2009), La recreación de los carismas de la VR desde los aprendizajes sociales (Vitoria 2016), etc. Actualmente es profesor emérito de Biblia en la Facultad de Teología de Vitoria y colabora activamente en publicaciones de estudios bíblicos. También es profesor de espiritualidad franciscana en la escuela Superior de Estudios Franciscanos de Madrid y en el Instituto de Vida Religiosa de Vitoria.

Si quieres conocer más sobre lo tratado en los Ejercicios puedes leer la crónica realizada por el P. Isaac González, OSA.

¿Pero qué es lo que anuncia el profeta de Nazaret? ¿No es el Reinado de Dios? Y podríamos fantasear con que ese “reinar” de Dios haga trampas con las leyes de la naturaleza y la sociedad para facilitar que los pobres sean menos pobres y los que lloran sean consolados. Quizás los milagros serían una anticipación de ese reinado, una especie de comienzo de una “revolución” de la naturaleza humana para que sea más como tiene que ser: que los ciegos vean y los paralíticos anden.

Pero el Reinado de Dios no hace trampas con la vida de los hombres, sino que la asume. El anuncio del profeta de Nazaret es él mismo, su propia vida y existencia que quiere compartirla, como la había compartido con sus primos Santiago, José, Judas y Simón, como la compartirá con Pedro, Andrés, Juan y los otros nueve. La misma vida que María compartía desde que el ángel se le presentó.

Eso es tener fe, mirar al hijo del carpintero y reconocer la presencia del reinado de Dios que transforma la realidad del hombre sin hacer trampas con las fragilidades del hombre. Ese es el auténtico signo, la presencia de Dios en lo humano, aunque luego vengan otros signos que permitan confirmar esa presencia de una forma más notoria y exagerada. Hay quien viendo al hijo de María entiende que es sólo un vecino más, y hay quien creyendo que es el Mesías, entiende que está presente en Nazaret. Por tanto, tú, “entiende mi palabra para creer, y cree la Palabra de Dios para entenderla” (Sermón 42, 7-9)

Si el nombre “Casicíaco” hacía referencia al lugar donde San Agustín se reunió con su madre y algunos de sus amigos para, juntos, profundizar en la verdad y encontrarse con Dios; el nombre “Pasos” tiene que ver con la vida como un camino que se va recorriendo, paso a paso, y con la que se está comprometido en la búsqueda de la verdad y del sentido de la misma.

La publicación de la revista surge a partir de lo acordado, dentro del apartado de los estudios, en el Proyecto Comunitario de Vida de la Comunidad de Formación de los agustinos de Valladolid para el curso 2020-21. En el mismo se habla de cultivar el estudio según la capacidad y la afición de cada uno, teniendo en cuenta la necesidad de la Orden de San Agustín y su servicio a la Iglesia. Uno de los medios para lograr esto es la publicación, una vez al año, de la revista “Pasos”, con temas de libre elección versados en san Agustín o lo agustiniano, en general.

Los artículos están escritos por jóvenes profesos agustinos provenientes de Tanzania, Filipinas, India y Nigeria, que estudian la carrera eclesiástica en el Estudio Teológico Agustiniano de Valladolid, así como por sus maestros de formación, quienes son profesores en dicho centro de estudios, el cual pertenece a la Orden de San Agustín y está gestionado por la Provincia de San Juan de Sahagún de España.