En mayo de 2021, el Papa Francisco le nombró obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos (Perú), y en el mes de julio del mismo año se celebró su consagración episcopal.

Desde su llegada a la Amazonía peruana, en el año 1994, su trabajo se ha centrado en la evangelización, con la formación de los animadores cristianos y en la promoción humana. En este sentido, ha impulsado muchos proyectos para promover el desarrollo de la zona, la educación de los niños, el respeto a los derechos de los pueblos indígenas y a la biodiversidad de esta zona del Perú.

Reconocimiento cristiano

Respecto a la celebración del pasado 9 de agosto el obispo señala que es muy emotivo que el pueblo que le vio nacer y crecer le haya dedicado una calle: «Considero importante un sustrato cristiano en el pueblo que mantiene la fe y la práctica religiosa. A nivel institucional, se está reconociendo la presencia de una comunidad cristiana en Laguna de Negrillos, para la que son importantes los “ministerios”. Muchas personas me felicitaban porque “ahora has subido” (se supone que en el tema del poder). Esto merece ser evangelizado: “el que quiera ser el primero que sea el último”. Sin embargo, es interesante que haya un reconocimiento público a la Iglesia, aunque sea en un pueblo. La presencia de la comunidad cristiana en los pueblos continúa siendo significativa».

Reconocimiento familiar

Pero el obispo subraya también el carácter personal y familiar que para él tiene el reconocimiento: «A nivel más personal es muy emotivo. Las personas que me vieron nacer o con las que jugué de niño, con los que fui al colegio o nos divertimos, se acercaban con mucho cariño. Los más creyentes pedían a Dios que me acompañe, un gesto de gran generosidad. Y los menos creyentes me saludaban y felicitaban por compartir humanidad, cercanía personal y la vida en general. Es justo reconocer también lo que supone para mi madre y mi familia que lo viven como un motivo de orgullo».

Reconocimiento al cura rural

Por otra parte, indica que la Iglesia es una de las pocas instituciones que sigue manteniendo un grupo muy nutrido de sacerdotes en los pueblos: «El párroco de mi pueblo es joven y su presencia fortalece la comunidad cristiana. La fe cristiana continúa siendo un factor de cohesión social. Esta presencia eclesial reúne gente, crea vínculos y favorece el encuentro entre personas. Tengamos en cuenta que muchas personas mayores viven solas. Por tanto, la dedicatoria de la calle se produce en un pueblo con una práctica cristiana considerable. Quisiera ampliar el reconocimiento a los sacerdotes del mundo rural. En este caso a Don Alberto Rodríguez, párroco de mi pueblo».

Reconocimiento a los misioneros

«Es un reconocimiento a los misioneros -añade Mons. Cadenas-. En el s. XX hubo dos obispos nacidos en mi pueblo: un salesiano, que fue obispo en Puerto Ayacucho, en el Orinoco venezolano; y un trinitario, en Madagascar. Yo sería el tercer obispo nacido en Laguna de Negrillos. Además de obispos, los pueblos del interior de España han dado generosamente miles de misioneros y misioneras que han ofrecido su vida por el evangelio en los lugares más inverosímiles. Es bueno reconocer esa generosidad de los misioneros españoles durante siglos».

Finalmente, el obispo agustino también destaca las palabras del alcalde y la corporación municipal: «Hemos querido hacer este reconocimiento en vida, porque habitualmente se espera a que las personas mueran».

Imágenes: Leonoticias.com