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Publicado un libro sobre los religiosos y religiosas mártires del s. XX en Madrid-Alcalá

El día 7 de noviembre se presenta, en la iglesia de la Concepción Real de Calatrava (Madrid), el libro “Martirologio matritense del siglo XX. Volumen II. Los religiosos y religiosas martirizados en la diócesis de Madrid-Alcalá” (BAC). Asimismo, se celebrará una Misa por los santos y beatos mártires del s. XX en toda España.

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Este libro es el segundo de una probable trilogía y está escrito por Miguel C. Vivancos Gómez. El autor nace en Melilla en 1958, ingresa en el monasterio de Santo Domingo de Silos en 1977, y es ordenado sacerdote en 1987. Doctor en Historia por la Universidad de Valladolid, reside actualmente en Madrid.

El libro “Martirologio matritense del siglo XX. Volumen II", recoge información de los religiosos mártires en la diócesis de Madrid-Alcalá”.

En el primer volumen, que salió a la luz en el año 2019, estaba consignada la vida de los 408 sacerdotes y 17 seminaristas víctimas de la persecución religiosa en Madrid. Y, el tercero, tratará sobre los laicos, de los cuales ya hay 104 en diversas causas de canonización.

En este segundo volumen se dan a conocer los 554 religiosos y 107 religiosas mártires, de los cuales 422 ya han sido beatificados (351 religiosos y 71 religiosas). A lo largo del libro aparecen agrupados todos ellos por institutos religiosos, siendo 27 los masculinos y 21 los femeninos, Y, de entre todos ellos, los Agustinos con 103 y las Adoratrices con 27, son los que han perdido más religiosos y religiosas.

Es curioso que, tan solo 26 de ellos, habían nacido en Madrid. La mayoría procedían de las provincias de Burgos, León, Palencia, Álava, Granada, La Coruña, Navarra. En cuanto a las edades de las víctimas, van desde los 16 años las más jóvenes a los 86 de la más anciana. Aunque hubo víctimas de todas las edades, el mayor número de coincidencias se dio en los 21 años.

Por otra parte, del 18 de julio al 31 de diciembre de 1936, recibieron el martirio alrededor de 640 religiosos de ambos sexos, a los que se sumaron los más de 400 sacerdotes y seminaristas. Los meses de julio y agosto fueron los más sangrientos, con más de 200 muertos. Le sigue noviembre del mismo año, siendo el día 30 la fecha en que caen 75 religiosos, 51 de los cuales son agustinos.

Como indica Mons. Martínez Camino, SJ, en el prólogo del libro, “son hombres y mujeres que calificaríamos en su mayoría de personas normales, con sus virtudes, pero también con sus defectos. Algunos tenían el carácter difícil, otros mantenían problemas constantes con sus superiores, pero ante la muerte violenta, no se ha encontrado ni un solo caso de apostasía”. 

 

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