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En el Día de la Conmemoración de las Víctimas del Holocausto, hablamos con Fr. Alberto Pérez, de su misión como Director de la Pastoral Gitana de la Archidiócesis de Barcelona

Medio millón de gitanos murieron en el Holocausto nazi. Actualmente en Europa hay unos nueve millones de gitanos, la mayoría vive en Rumanía, Bulgaria, Hungría y España. En nuestro país los principales núcleos se encuentran en Andalucía y Cataluña.

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Caracterizados por una vida itinerante y una cultura no siempre bien acogida, cada 27 de enero en el Día Internacional de la Conmemoración de las Víctimas del Holocausto, recuerdan que también los gitanos sufrieron persecución durante la II Guerra Mundial.

De sus tradiciones, sus preocupaciones y también de sus sueños sabe mucho el religioso agustino Fr. Juan Alberto Pérez Díez, Director del Secretariado de Pastoral Gitana de Archidiócesis de Barcelona.

El religioso agustino P. Juan Alberto Pérez es el Director de la Pastoral Gitana en Barcelona, uno de los principales núcleos gitanos de nuestro país.

La Pastoral con gitanos tiene medio siglo de andadura y en nuestro país surgió precisamente en Barcelona.

El principal objetivo, tal y como explica Fr. Juan Alberto es «acompañar a las familias gitanas en la vivencia de la fe y acercar a la Iglesia, a aquellas que están alejadas».

«Es una labor netamente misionera de catequesis de adultos -señala-, centrada en el acompañamiento entre gitanos. Una labor evangelizadora persona a persona, con una pastoral específica que atiende las particularidades de su cultura».

En el resto de España, no en todas las diócesis existe una pastoral específica que promueva la evangelización de los gitanos, sino que suele estar vinculada a las Caritas parroquiales desde la asistencia social.

Esta pastoral está orientada a que el gitano sea sujeto de su propia evangelización y no objeto pasivo de ayuda. Y en esta misión el sacerdote desempeña un papel fundamental para la formación, acompañamiento y aliento de las comunidades gitanas. En el caso de la pastoral gitana la evangelización va de la mano de la promoción humana y la inculturación. «Valorando adecuadamente la diversidad gitana y tendiendo puentes de encuentro con la cultura de los payos», indica el Fr. Juan Alberto.

Parte importante de este proceso es hacer memoria de su historia de persecución por motivo de su raza. En el Día Internacional de la Conmemoración de las Víctimas del Holocausto quieren recordar que medio millón de gitanos murieron en los campos de exterminio nazis. Actualmente siguen sufriendo incomprensión y violencia. El «Porrajmos», cuenta el Fr. Juan Alberto, «es como se conoce en este contexto al genocidio gitano, que cada año conmemoramos junto a otras minorías, para que, tomando conciencia, nunca más vuelva a suceder un episodio así. Y para recordar las injusticias que la persecución sigue provocando en muchos países».

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